Gavroche
Gavroche - http://www.ratebeer.com/beer/gavroche/7324/
Aunque cada vez menos, todavía quedan birras de super francesas que no he probado y que me voy llevando cada vez que pasamos por esas tierras. La última, esta Gravroche de la cervecera St. Sylvestre, una bière de garde (estilo que ya pienso que es un genérico para una ale francesa).
Servida tiene una pinta bastante maja, entre granate así cobriza y marrón, ligeramente turbia y con una espuma de lo más generosa, que se quería salir al abrirla, y que deja una enorme corona cremosa, tipo Orval.
Es curioso, al olerla pensé en algo en lo que nunca me fijo incluso cuando parece ser que es muy obvio, regaliz. Me pareció acaramelada, pero de una forma que no terminaba de ser tan dulce, sino más tirando a ligeramente ácida, y así... madura? Al airearse de hecho me pareció que se volvía más afrutada, muy tipo dubbel belga. Me hizo pensar en higos, y seguía teniendo un rollito ácido al final. La verdad es que tenía un olor muy completo, quizá pintaba pelín empalagosa para mi.
Y así me pareció, dulce tirando a algo empalagosa, sobretodo para mi que me he desbelguizado con el tiempo 😆 de nuevo se me hizo muy afrutada, pero así a fruta muy madura, como a pera pasada. Seguía siendo algo acaramelada, quizá tipo toffee, y al final me parecía que se dejaba notar un regusto entre ácido y amargo, muy ligero, pero que equilibraba un poquillo lo anterior.
Fue curiosilla, pues al principio no me pareció particularmente sabrosa, luego me empalagó un poco, aunque mejorase otra vez con la segunda mitad que use para acompañar la cena. De sus 8.5º ni rastro, en ese aspecto estaba muy conseguida.
Me pareció una buena birra, aunque no terminó de encajar en mis gustos de últimanente, pues se me hizo algo cansina. Eso si, el precio creo que era competitivo: alrededor de 1.50€ en un super francés.
Westvleteren 12 (XII)
Westvleteren 12 (XII) - http://www.ratebeer.com/beer/westvleteren-12-xii/4934/
Pues nada mejor para cerrar un día como hoy que celebrar la entrada número 300 con esta cerveza de la cervecera belga Westvleteren, que combina dos curiosidades (lleva bastante tiempo en el número 1 de Ratebeer, y durante muchos años sólo se podía comprar directamente en el monasterio, al menos de manera oficial) que la convirtieron en leyenda dentro del mundillo birrero. Además, forma parte del pequeño club de cervezas trapenses, (ya sabéis, esas que se elaboran en monasterios trapenses siguiendo ciertas reglas).
Esta botella tiene otra curiosidad, y es que está serigrafiada como la edición especial que sacaron a la venta en packs de 6 para conseguir fondos para reparar el techo (los pobres monjitos tenían goteras :lol:), que llamaron XII (aprovechando que la hicieron en 2012, aunque la original, que en teoría es la misma, también se llama 12 😀 ), pero a diferencia de la copita, que si es de dicho pack, esta botella lleva en mi despensa desde noviembre de 2011, comprada por mi primo Fons (muchas gracias!) en Bruselas (y de hecho, la fecha de consumo preferente era de noviembre de 2013).
En fin, que servida tiene un color marrón oscuro, aunque menos de lo que yo esperaba (de hecho se ve a trasluz bien roja), turbia y sin nada de espuma (lo pequeño de la copa no contribuye, pero aun así se disipó a base bien.
Al acercar el hocico huele muy bien, muy... "oscura", a chocolate y caramelo (recordando toffee), pero también un poco a bizcocho de esos "húmedos" en licor que llaman borrachos, y, curiosamente, me recordó un poco al olor de la leche. Por su parte, Carol dijo "pero si huele más a sangría que a birra! así como a vino" 😀 . En cualquier caso me pareció un aroma más ligero de lo que esperaba.
Sobretodo comparado con el trago, que era bien potente, belgian ale en estado puro, y muy en sintonía con el olor: más chocolate y caramelo que fruta (aunque a mi siempre me recuerdan a esas ciruelas pasas de los asados, y tras varios tragos curiosamente me hizo pensar en el sabor de una pera), con un toque muy a licor, quizá pelín dulce pero compensada al ser algo alcohólica, de esas que dejan calorcillo en la garganta, y una sensación cremosa y densa en la lengua.
Pura sabrosura, y a pesar del toque a alcohol, algo traicionera, pues yo no diría que tiene los 10.2º que pone en la chapa.
Es verdad que me parece que está al nivel de las mejores que he probado, aunque el recuerdo que tengo de la Blonde y la 8 es mejor, pues aquellas me entusiasmaron (aunque sólo las he probado una vez, y eso también influye) y ésta me hace símplemente mover la cabeza afirmativamente con un gesto de satisacción, en plan "bien hecho, si señor" 😆 . Aun así, es una gran cerveza de postre que, de estar accesible (en localización y precio), tomaría muy a menudo.
Rittmayer Hallerndorfer Raiterla Rauchbier
Rittmayer Hallerndorfer Raiterla Rauchbier - http://www.ratebeer.com/beer/rittmayer-hallerndorfer-raiterla-rauchbier/18758/
Me costó saber que esta alemana era de la cervecera Rittmayer Hallerndorf, ya que por lo visto ganaron un premio en el European Beer Star 2009 (que no sé lo que es) y se ve que decidieron que sólo pondrían eso en la etiqueta 😛 . El caso es que la compré por que he probado pocas rauchbier hasta ahora (las de Schlenkerla sólo) y tenía curiosidad por este estilo, que es un tipo de lager en el que se ahuma la malta hasta que tiene sabores y olores de lo más curiosos.
Al abrir la botella, y una vez servido el líquido granate y transparente, un aroma bastante intenso salió con ganas, y desde la jarra seguía siendo, efectivamente, muy aromática. Está claro sólo con olerla de qué estilo es, al menos si ya lo has probado antes: ese aroma a torreznos (bacon diría alguno), a madera, a brasas combinado con el dulce un poco a chocolate me recordó un montón a la maravillosa doppelbock de Schlenkerla. Huele espectacular 🙂 .
En cambio al darle el trago me pareció más insulsa, refrescante pero algo aguada, de nuevo dulce un poco como a chocolate o toffee, ahumada en el regusto, pero no tanto como en el aroma, en este caso era mucho más sutil y quizá sin saber (ni oler 😀 ) pasaría más desapercibido (no para Carol, que dijo "no está mal, pero ese torrezno al final no me hace" 😀 ).
Estaba buena y a pesar de lo que pueda parecer a primera vista si se lee lo que digo 😆 , se bebía sola (al menos a mi me bajaba a velocidad de vértigo, aunque sus 4.9º no suponen demasiado peligro). Si la tuvieran en el getränkemarkt que frecuento la compraría sin dudarlo, pero como la pillé en el más especial Getrënke Oase, salió por unos más caros 1.30€ (que tampoco está mal).