
Moriau Gueuze - http://www.ratebeer.com/beer/moriau-gueuze/31917/
Llevaba desde el verano con antojo de geuze, ese estilo belga tan peculiar tanto en sabor como en método de elaboración (pues al ser de fermentación espontánea, se "usan" levaduras salvajes que están flotando en ciertas regiones y en ciertas épocas del año, en las que las fábricas abren el tejado para iniciar el proceso), pero no es un estilo precisamente fácil de encontrar. Así que aunque ya hace frío y no pega tanto, como el antojo seguía ahí decidí atacar esta Moriau, de la cervecera belga Boon, de la que ya he probado un par de otras geuzes.
Servida, luce un color naranja tipo cobre, con ese tipo de turbiedad que siempre me recuerda a un mosto o una sidra, y una espuma efervescente de corta duración.
El aroma es muy característico del estilo, con esa mezcla entre manzana verde ácida y limón o zumo de limón (del exprimido de un limón, no del de la tienda), con el toque a vinagre mucho más sutil de en otras, muy a sidra, y aspirando mucho, ese olor a campo, a marraneras que dice Carol, a establo que dirían otros 😀 . Me pareció bastante "accesible, dentro de que las geuzes "reales" son bastante radicales en general.
En el sabor me pareció igual: pura geuze, pero más comedida que otras, más bebible. Era bastante ácida de nuevo, cítrica, a limón fresco (es curioso porque las otras dos Boon que he prboado también me parecieron más marcadas en esto), dejando los dientes rechinantes (no sé si a alguien más le pasa esto al tomar ácidos, como limón o manzanas verdes), y aquí si me pareció más a vinagre, y a ese sabor tan característico y difícil de describir de las sour ale belgas.
Los 7º no son poca cosa y no se notaban para nada, siendo bastante traicionera, omo todas las sour o geuze que he probado subidas de alcohol.
Estaba muy buena, más fácil de beber que otras (hasta Carol dijo que "um, sabe mejor después del primer trago 😀 ) pero sin perder la pegada que tienen estas birras. Además es de las que, a pesar de todo, mantiene un precio comedido: me costó 5.79€ en el Bierkompass.

Master Polotmavý 13° - http://www.ratebeer.com/beer/master-polotmavy-13o/72652/
A la espera de que vengan refuerzos 😀 , de momento son pocas las incursiones fuera de terreno alemán que me puedo permitir (y no me quejo 😆 ). Una de ellas es con esta Master, de la checa Plzensky Prazdroj, a la que tenía cierto cariño pues la compré en Praga durante mi luna de miel (junto con la Tmavy, que cayó en mitad del viaje y que tan buen recuerdo me dejó).
Esta polotmavý, estilo genuinamente checo (que por lo que tengo entendido suelen ser lager de color ambar tirando a oscuras), era efectivamente de ese color, además de transparente y con una espuma muy efervescente.
Al asomar el hocico al vaso, me pareció que era una agradable aroma a malta de la que huele acaramelada (a ratos me recordó a una piruleta 😀 ), pero tenía otro toque como a galleta, de esas dulces que saben un poco a miel, incluso me hizo pensar en un bizcocho de esos que están bañados en licor (me suena que se llaman borrachos). Era un olor que quería ser empalagoso pero no lo conseguía, la verdad es que me gustó mucho.
Eso hizo que me sorprendiese el primer trago, porque me pareció bastante lupulada, amarga. Pero es curioso que enseguida fui notando esos sabores dulces del aroma, a caramelo, pero a la vez el amargo seguía notándose de forma agradable en el regusto, y juraría que al pasar por la garganta, aunque no tenga sentido (quizá era la juguetona burbuja, que picaba y me despistaba).
A cada trago me parecía que sabía mejor y olía mejor, y de hecho me la tuve que racionar porque encima, a pesar de ser bastante sabrosa, también era refrescante.
La verdad es que, como la otra Master que tomé, me pareció muy buena, una cerveza de diario pero sin renunciar al sabor y olor. Y encima, estos checos también dominan el arte del precio razonable: creo recordar que me costó 35cz (1.35€ al cambio de hoy), y eso que la compré en unos chinos de esos que abren hasta tarde.

BrewDog / Flying Dog International Arms Race - http://www.ratebeer.com/beer/brewdog--flying-dog-international-arms-race/181390/
Tras unas vacaciones en las que sólo pude echar mano de unas tristes Coronitas en la piscina (aunque de lo demás no tengo queja :-D), me apetecía algo diferente, y esta cerveza de bonita etiqueta, colaboración entre la estadounidense Flying Dog y la escocesa BrewDog, que es una IPA con cero IBU's, cumplía sobre el papel.
Para el que no lo sepa, IBU es una medida de amargor que toma como referencia el lúpulo, y durante bastante tiempo ha habido cierta competición para ver quién hacía la IPA (que simplificando viene a ser una pale ale con mucho lúpulo) con más IBU. Ésta que hoy nos ocupa, en cambio, busca el amargor con diferentes hierbas y especias, sin usar nada de lúpulo. Además es fruto de una competición entre ambas cerveceras para ver quién hacía el experimento mejor (ésta creo que es la de Flying Dog).
Bueno, pues la cerveza servida a primera vista parece normal, con un color naranja oscuro, turbia, pero luego llaman la atención dos cosas: la espuma no puede ser más efervescente, tipo Coca Cola, y en un minuto no queda nada. Y además, tiene sedimentos para aburrir, que incluso suben hacia arriba en vez de caer (en la foto de detalle se ven algunos).
El aroma es bien raro, me hizo pensar en algo... um, le di un par de vueltas y enseguida caí: en una fruta tropical que sólo he comido en hoteles, que creo que es papaya. También recordaba un poco al melón cantaloup, ese que es naranja. A ratos me hacía pensar en infusiones de frutas, pero sobretodo se me quedó eso en la cabeza.
El sabor no me convenció, era otra vez ese dulce de la papaya y el melón cantaloup con algo que me recordó al gengibre que tanto gusta a los belgas y que siempre me desagrada, además de a algo tipo cubata... no sé, ¿tequila? También tenía un rollo como medicinal, como un medicamento en polvo que sabe a naranja. Y me pareció que apenas tenía amargor, aunque secaba el paladar.
Lo único que me pareció muy conseguido fue el alcohol: al menos a mi sus 7.5º me pasaban desapercibidos (excepto muy al final en la garganta), haciendo que por momentos me pareciese que estaba bebiendo un zumo raro y gaseoso, que luego resultó subirme mucho 😛 . Traicionera como ella sola.
Una cerveza regulera, ojo, para mi gusto. Como experimento supongo que es muy curiosa, y no me pareció que estuviese mal hecha, sólo que a mi los sabores no me gustaron, aunque si me gustó probarla. Cosa que pude hacer gracias al detallazo de Cervezas Especiales, que siempre me incluyen algún regalito en pedidos grandes. ¡Muchas gracias 🙂 !