De Ranke Noir De Dottignies
De Ranke Noir De Dottignies - http://www.ratebeer.com/beer/de-ranke-noir-de-dottignies/90839/
Y de una ligerita helles a esta bestia parda de De Ranke, cevecera belga que no suele fallar (de hecho, su Cuvee debe estar entre mis 5 cervezas favoritas, gracias Pau por el descubrimiento!).
Esta belgian ale era oscura, entre granate y marrón a trasluz, y con una espuma cremosa bastante maja (que por cierto, se salía lenta pero inexorablemente una vez abierta la botella).
Olía realmente belga, en seguida me hizo pensar en la reciente quadrupel de Straffe Hendrik, con esa mezcla dulce de chocolate o quizá bizcocho y fruta oscura y madura (o al menos eso es lo que me viene a mi, aunque luego pienso que huele a higos y ese tipo de fruta dulce y empalagosa) que a ratos me huele tipo licor (leyendo la mencionada Straffe, veo que me recordó al ron, y la sugestión hizo que ésta también lo hiciese un poco). Aun así me pareció más moderada que aquella.
Y lo mismo me pasó con el trago: visto el aroma esperaba una explosión de sabores, pero me pareció que guardaba las formas de manera muy elegante: era ligeramente dulce, si, afrutada, claro, pero sin perder la compostura, con un toque a quemado que la acercaba timidamente a una stout, y un regusto amargo que la hacía parecer lupulada, aunque dudo que lo fuera.
La verdad es que lo que quedaba una vez tragada era la mar de agradable, muy imperial stout belga, con ese contraste entre dulce afrutado y amargo cafetoso y quemado.
Elegante, potente y traicionera, me pareció una de esas birras de monóculo, como aquella fantabulosa Hercule Stout, aunque aquella me gustó más (el estilo es más de los míos también). Muy buena, y además, como suele pasar con esta cervecera, el precio fue razonable: me costó 5.80€ la botella de 75cl en el Bierkompass.
Straffe Hendrik Brugs Quadrupel
Straffe Hendrik Brugs Quadrupel - http://www.ratebeer.com/beer/straffe-hendrik-brugs-quadrupel/130335/
Recuerdo que me terminó sorprendiendo bastante la tripel de esta serie de la cervecera belga Huisbrouwerij De Halve Maan, así que había ganas de abrirse la quadrupel a ver qué tal.
Servida lucía muy oscura, granate a trasluz, y con una espuma cremosa que, en parte por la copa, aguantó bien el tirón.
Asomado el hocico, llegaba todo lo que había venido a buscar después de un tiempo sin darle a lo belga: dulce, intensa, afrutada, me recordó mucho a un bizcocho al licor, de esos que llaman borrachos. No es la primera vez pero en ésta fue lo primero que pensé. Incluso me hizo pensar en cómo huele el ron (cosa rara en mi que no soy nada aficcionado).
Al trago me pareció realmente rica, lo primero que me vino a la cabeza fue que era muy redonda: empezaba dulce, muy afrutada y acaramelada, tipo regaliz, para enseguida dejar paso a un agradable calor alcohólico tipo el que dejaría un licor, y que además duraba en la boca mucho rato.
En los siguientes tragos se hacía menos alcohólica (aunque seguía ahí) y a la fruta se le unió el caramelo, lo que a mi me parecía tipo piruleta, pero como quemada, como a veces se quema el caramelo en un postre.
Un señor copazo, sabrosa como ella sola y traicionera con sus 11º que, si bien no están disimulados, no molestan en absoluto. Eso si, a mi se me terminó por hacer empalagosa, la recomendaría para tomar a sorbitos con un buen capítulo de Boardwalk Empire (o varios de Family Guy, tampoco hay que ponerse exquisito 😀 ) y quizá acompañar la segunda mitad con algo de comer.
Aun así, me pareció muy buena, y con un precio que, si bien no es bajo, es razonable para el tipo de cerveza que es: la compré, como parte de las recomendadas por Pau (gracias!), por 2.70€ en La Boutique de la Cerveza.
Westvleteren 12 (XII)
Westvleteren 12 (XII) - http://www.ratebeer.com/beer/westvleteren-12-xii/4934/
Pues nada mejor para cerrar un día como hoy que celebrar la entrada número 300 con esta cerveza de la cervecera belga Westvleteren, que combina dos curiosidades (lleva bastante tiempo en el número 1 de Ratebeer, y durante muchos años sólo se podía comprar directamente en el monasterio, al menos de manera oficial) que la convirtieron en leyenda dentro del mundillo birrero. Además, forma parte del pequeño club de cervezas trapenses, (ya sabéis, esas que se elaboran en monasterios trapenses siguiendo ciertas reglas).
Esta botella tiene otra curiosidad, y es que está serigrafiada como la edición especial que sacaron a la venta en packs de 6 para conseguir fondos para reparar el techo (los pobres monjitos tenían goteras :lol:), que llamaron XII (aprovechando que la hicieron en 2012, aunque la original, que en teoría es la misma, también se llama 12 😀 ), pero a diferencia de la copita, que si es de dicho pack, esta botella lleva en mi despensa desde noviembre de 2011, comprada por mi primo Fons (muchas gracias!) en Bruselas (y de hecho, la fecha de consumo preferente era de noviembre de 2013).
En fin, que servida tiene un color marrón oscuro, aunque menos de lo que yo esperaba (de hecho se ve a trasluz bien roja), turbia y sin nada de espuma (lo pequeño de la copa no contribuye, pero aun así se disipó a base bien.
Al acercar el hocico huele muy bien, muy... "oscura", a chocolate y caramelo (recordando toffee), pero también un poco a bizcocho de esos "húmedos" en licor que llaman borrachos, y, curiosamente, me recordó un poco al olor de la leche. Por su parte, Carol dijo "pero si huele más a sangría que a birra! así como a vino" 😀 . En cualquier caso me pareció un aroma más ligero de lo que esperaba.
Sobretodo comparado con el trago, que era bien potente, belgian ale en estado puro, y muy en sintonía con el olor: más chocolate y caramelo que fruta (aunque a mi siempre me recuerdan a esas ciruelas pasas de los asados, y tras varios tragos curiosamente me hizo pensar en el sabor de una pera), con un toque muy a licor, quizá pelín dulce pero compensada al ser algo alcohólica, de esas que dejan calorcillo en la garganta, y una sensación cremosa y densa en la lengua.
Pura sabrosura, y a pesar del toque a alcohol, algo traicionera, pues yo no diría que tiene los 10.2º que pone en la chapa.
Es verdad que me parece que está al nivel de las mejores que he probado, aunque el recuerdo que tengo de la Blonde y la 8 es mejor, pues aquellas me entusiasmaron (aunque sólo las he probado una vez, y eso también influye) y ésta me hace símplemente mover la cabeza afirmativamente con un gesto de satisacción, en plan "bien hecho, si señor" 😆 . Aun así, es una gran cerveza de postre que, de estar accesible (en localización y precio), tomaría muy a menudo.